Efecto mariposa

No distinguí bien si eran hojas las que morían junto al cemento o crueles avisos de soledad. La vista se me nublaba mientras pasaba por los putrefactos vestigios que alguna vez me habían maravillado, los cuerpos inmóviles me observaban atentos esperando que el próximo paso me llevara junto a ellos, pálidos, mudos, vigilantes ,sin sombras ,de colores grises ,maquillados algunos de rojos y morados tintes que no hacían mas que llevarme de una idea a otra, analizando posibles horas previas, conjeturando esa gran masacre .Todos me miraban al mismo tiempo, riéndose de mis sentimientos tan mortales que harían llorar hasta el último de los emperadores que gobernaron lo que ya no queda de grandes murallas y construcciones fantásticas que denotaban la evolución hacia la cada día mas cercana exterminación, burlándose de mi alma aún pensante, diciéndome con ojos lóbregos y sosegados que ellos ya no eran mas que el recuerdo de lo nunca existió y sin la necesidad de tener que cargar con el peso del constante cuestionamiento moral. Lo hecho ,hecho está ,no eran mas que el rebaño con el cual el mas simple ser vivo con ideales quijotescos se abría enfrentado una y mil veces, no fueron mas que un rebaño seducido por un pastor inverosímil ;su vida o la mía, sus intereses o los míos, quiéranlo o no, yo soy quien toma las decisiones por quienes no quisieron hacerlo.
Frente a aquel escenario no crecía en mi mas que la desilusión, no haber hecho nada al respecto. Entre escombros no escuchaba mas que el canto furioso del viento reclamando lo que le correspondía limpiar. Los edificios yacían, pisos y pisos de ideales y promesas quiméricas, utopías rotas por avaricias marcianas. No se cuantas banderas habré visto quemarse con orgulloso dolor de ser lo último en batalla, los gritos no dejaban escuchar el silencio cuidadoso que quería reparar lo mal formado , papeles de verdes intereses ya no valían mas que para limpiar la sangre que la arena no podía seguir soportando sobre su espalda, su adolorida espalda. Ya no había mas que recuerdos ,no existía nadie excepto yo, yo era lo único en lo que podía creer, ya no estaba ese dios en mi limitado poder por ser mortal, ya no era ese ser de mentiras y ramplonerías, ya nada de eso era necesario.
Los cuervos no entendían al árbol que posaba sus raíces sobre el mar, todo pasaba a convertirse en ese equilibrio que desesperadamente terminó por desequilibrarnos, todo volvía a su estado natural, normal, de caminos sin marcar, tierras sin divisiones, naturaleza sin errores ni orgullos, se estabilizaba como quisimos y pudimos haberlo hecho.
Me preguntaba si habría en el lugar otro como yo, otro que entendería y reiría conmigo ,otro que me ayudara a armar este maldito rompecabezas de eventos desafortunados. No vi mas que grises espejos ,me avergoncé de lo ingenuo que fui ,me defreaude de quienes prometían cambiarlo todo, me desilusione de mi mismo al haber despertado justo ahora ,y solo ahora. Todo tenía que terminar de algún modo u otro, todo ocurrió tal cual se creía y por mi maldita suerte nunca pensé que iba a ser el único que se diera cuenta de eso. Recordé a Morrison y su profecía del fin, cante como nunca lo había hecho, el desastre ya estaba hecho, los escombros terminaron por iluminarme, todo había terminado.Volvería a casa con la promesa cumplida ; Mi amor, volví, tal como te lo había dicho, la guerra fue larga, nadie nunca se puso de acuerdo, voces que no se escuchaban entre ellas, niños que lloraban po placer y hambre..pero todo ha terminado...sobrevivi mi amor y nada ha cambiado, absolutamente nada ha cambiado.

Me doy cuenta como una cosa lleva a la otra, las promesas de diablos, angeles y arcángeles se me vinieron a la mente, descansa en paz solían decir, sueña con los angelitos....Sin duda una cosa lleva a la otra.

Reí para siempre de mi soledad, mi tranquila y jodida soledad